miércoles, 4 de septiembre de 2013

TRASTORNOS ALIMENTARIOS SU TRATAMIENTO


¿Cómo se tratan los trastornos de la alimentación?

Una nutrición adecuada, reduciendo el exceso de ejercicio y la interrupción de los comportamientos de purga constituyen la base del tratamiento. Ciertas formas de psicoterapia o terapia de diálogo, y algunos medicamentos también son efectivos para muchos trastornos de la alimentación. 

No obstante, para los casos más crónicos, no se han identificado aún tratamientos específicos. Con frecuencia, los planes de tratamiento se adaptan a las necesidades individuales y pueden incluir uno o más de los siguientes:
  • Psicoterapia individual, grupal y/o familiar
  • Hipnoterapia
  • Naturopatia
  • Atención médica y monitoreo
  • Asesoramiento nutricional
  • Medicamentos.
Algunos pacientes quizás necesiten ser hospitalizados para tratar complicaciones a causa de una malnutrición o para garantizar una alimentación adecuada en los casos de extrema delgadez.

ANOREXIA Y BULIMIA

 

 

¿Cuáles son los diferentes tipos de trastornos de la alimentación?


Anorexia nerviosa


La anorexia nerviosa se caracteriza por:
  • Adelgazamiento extremo (emaciación)
  • Incesante búsqueda de delgadez y negación a mantener un peso normal o saludable
  • Miedo intenso a subir de peso
  • Imagen corporal distorsionada, autoestima significativamente influenciada por las percepciones de la forma y el peso del cuerpo o negación de la gravedad del bajo peso corporal
  • Falta de menstruación en niñas y mujeres
  • Alimentación extremadamente restringida.
Muchas personas con anorexia nerviosa se ven a sí mismas como excedidas en peso, incluso cuando están delgadas. El comer, la comida y el control del peso se vuelven una obsesión. Personas con anorexia nerviosa generalmente se pesan varias veces, racionan la comida cuidadosamente y sólo comen pequeñísimas cantidades de ciertas comidas. No obstante, algunas personas con anorexia nerviosa atraviesan episodios de atracones seguidos de una dieta extrema y/o exceso de ejercicios, vómitos autoinducidos y abuso de laxantes, diuréticos o enemas.

Algunas personas con anorexia nerviosa se recuperan con tratamiento después del primer episodio. Otras mejoran, pero tienen recaídas. Incluso otras padecen una forma más crónica o de una anorexia nerviosa más prolongada, en la que su salud empeora mientras luchan contra la enfermedad.

Otros síntomas que se pueden desarrollar con el paso del tiempo incluyen:
  • Pérdida de masa ósea (osteopenia u osteoporosis)
  • Cabello y uñas quebradizas
  • Piel seca y amarillenta
  • Crecimiento de vello en todo el cuerpo (por ejemplo, lanugo)
  • Anemia leve, agotamiento y debilidad muscular
  • Constipación severa
  • Presión sanguínea baja, respiración y pulso lento
  • Daño en la estructura y el funcionamiento del corazón
  • Daño cerebral
  • Insuficiencia multiorgánica
  • Disminución de la temperatura corporal interna, lo que provoca que la persona sienta frío en todo momento
  • Letargo, pereza o cansancio todo el tiempo
  • Infertilidad.

Bulimia nerviosa

La bulimia nerviosa se caracteriza por episodios frecuentes y recurrentes de ingesta de cantidades extremadamente grandes de comida y una sensación de falta de control sobre estos episodios. A este atracón le sigue un tipo de comportamiento que lo compensa por el exceso de comida, como vómitos forzados o abuso de laxantes o diuréticos, ayunos y/o exceso de ejercicios o una combinación de estos comportamientos.

A diferencia de la anorexia nerviosa, las personas con bulimia nerviosa generalmente mantienen lo que se considera un peso saludable o mientras que algunas tienen un poco de sobrepeso. Al igual que las que tienen anorexia nerviosa, estas personas tienen miedo de engordar, quieren desesperadamente perder peso y se sienten muy insatisfechas con la forma y el tamaño de su cuerpo. Por lo general, el comportamiento bulímico es secreto, dado que va acompañado de un sentimiento de indignación o vergüenza. El ciclo de atracón y purga puede darse varias veces a la semana e incluso varias veces al día.

Otros síntomas incluyen:
  • Garganta inflamada e irritada en forma crónica
  • Glándulas salivales inflamadas en el área del cuello y la mandíbula
  • Esmalte de los dientes gastados, dientes cada vez más sensibles y cariados como resultado de la alta exposición al jugo gástrico
  • Trastorno de reflujo gastroesofágico (ácido) y otros problemas gastrointestinales
  • Dolor e irritación intestinal a causa del abuso de laxantes
  • Gran deshidratación a causa de la pérdida de líquidos al vomitar o defecar por la acción de laxantes
  • Desequilibrio electrolítico que puede conducir a un ataque cardíaco (niveles muy bajos o muy altos de sodio, calcio, potasio y otros minerales).

    Trastorno por atracón

    Con el trastorno por atracón una persona pierde el control sobre su alimentación. A diferencia de la bulimia nerviosa, a los episodios de atracones no les siguen comportamientos como purgas, exceso de ejercicios o ayunos. Por esta razón, las personas con trastorno por atracón a menudo tienen sobrepeso o son obesas. 

    Las personas con trastorno por atracones que son obesas tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares o presión arterial elevada. También experimentan un sentimiento de culpa, vergüenza y/o angustia por tal comportamiento, lo que puede llevar a más atracones.